Es de sobra conocido el uso de la plata en decoración y joyería. Todos tenemos o hemos tenido en nuestra casa algún objeto de plata: adornos, cubiertos, copas, joyas, etc.

Este material es muy llamativo cuando está limpio y reluciente, sin embargo con el paso del tiempo la plata se puede oscurecer e incluso volverse negra. Esto no quiere decir que sea de mala calidad o que nos hayan vendido gato por liebre.

Tampoco se explica porque se haya oxidado por acción del oxígeno atmosférico, ya que la plata no reacciona con el oxígeno sino con el azufre contenido en el aire en forma de sulfuro de hidrógeno.

Tras reaccionar la plata y el sulfuro de hidrógeno se forma sobre la superficie del material lo que se conoce como sulfuro de plata, lo que hace que la plata empiece a tomar un color negruzco.

 

Tres formas diferentes de limpiar la plata

Hay muchas formas de limpiar los objetos de plata. Aquí obviaremos aquellas que emplean productos específicos que podemos comprar para dicha limpieza y abordaremos tres sencillos métodos caseros:

  1. Con papel de aluminio y sal. El primer método consiste en cubrir el fondo de un cuenco o recipiente pequeño con papel de aluminio. A continuación lo llenamos con agua caliente y añadimos una cucharada de sal, removiendo la solución hasta que quede bien disuelta. Introducimos nuestro objeto de plata. Pasados unos minutos sacamos el objeto, lo enjuagamos con agua corriente y secamos con un trapo de material suave. Es la temperatura del agua lo que favorece que la sal ataque a la superficie del aluminio y permita su oxidación. Con esto conseguimos que el sulfuro de plata se reduzca a plata metálica.

  2. Con detergente para ropa. Llenamos un recipiente pequeño con agua caliente y añadimos un poco de detergente, removiendo la solución. Introducir en el agua el artículo de plata. Pasados unos minutos sacamos el objeto, lo enjuagamos con agua corriente y secamos con un trapo de material suave.

  3. Con papel de aluminio y bicarbonato sódico. Con este otro método hay que forrar con papel de aluminio un recipiente pequeño y llenarlo con agua hirviendo. Añadir unas cucharadas de bicarbonato sódico. Introducimos el objeto de plata (se formarán burbujas y desprenderá un olor intenso). Si echamos varios objetos a la vez tenemos que moverlos con un palo o cuchara de madera para que estén todos en contacto con el papel de aluminio. Pasados unos minutos los sacamos, enjuagamos con agua corriente y secamos con un trapo de material suave.

Una vez lavados nuestros artículos de plata, si queremos mantenerlos limpios durante más tiempo es aconsejable guardarlos en una bolsa bien cerrada y en un lugar seco, para evitar que la plata esté en contacto con el azufre del aire y con la humedad.