Normalmente, el calzado deportivo y casual tiene una suela de goma y tienen un buen agarre a la mayoría de las superficies. Sin embargo, otros tipos de calzado tienen una suela muy lisa y resbaladiza, como es el caso de los zapatos de fiesta.

¿Te has comprado unos zapatos nuevos y quieres estrenarlos de forma segura? Les mostramos algunos remedios fáciles, rápidos y eficaces para que las suelas no resbalen al andar o al bailar, sin necesidad de comprar ningún producto específico:

  1. Vaporizar sobre la suela laca para el pelo con cuidado de no manchar el zapato y dejar secar. La laca formará una pequeña capa que hará que la suela tenga una buena adherencia al suelo y a superficies resbaladizas.
  2. Cortar una patata por la mitad y frotar por toda la suela. Dejar secar. Gracias al almidón que tiene la patata se formará una capa que permita el agarre de la suela.
  3. Preparar una mezcla de agua tibia y una buena cantidad de azúcar, removiéndola para que quede bien disuelta. Empapar un trozo de papel o de algodón, aplicar por toda la suela del zapato y dejar secar.
  4. Empapar un trozo de papel o de algodón con un refresco azucarado (por ejemplo coca cola), aplicar por toda la suela del zapato y dejar secar.
  5. Frotar la suela con un papel de lija de grano fino hasta notar una ligera rugosidad. Hay que hacerlo poco a poco y de forma uniforme para no desgastar la suela más de lo necesario.
  6. Pegar pequeños trozos de esparadrapo de tela en las zonas de la suela que más contacto tengan durante la pisada. Como el esparadrapo de tela tiene ese color marrón tan llamativo, si no queremos que se note que lo llevamos, podemos pintarlo con un rotulador del color de la suela o similar y dejarlo secar.