Hacer una mudanza por motivos de trabajo es uno de los procesos más duros y a la vez más ilusionantes que puede dar cualquier persona.

Por un lado, está el reto de salir de tu zona de confort e ir a una nueva ciudad en la que nadie sabe quién eres, podrás empezar de cero siendo quien tú quieras ser; por otro, existe el vértigo de dejarlo todo atrás, la cuesta arriba de los primeros días en soledad y el miedo a arrepentirte nada más llegar.

Y en medio de todo esto, está la mudanza, que seguramente sea lo peor de todo. Por ello, nos hemos puesto en contacto con nuestros amigos de https://www.mudanzas-en-alicante.es/ para que nos den las claves de cómo dar de la mejor manera este difícil paso.

 

Claves para realizar una mudanza por motivos laborales y sobrevivir a los primeros días

Las mudanzas nunca son fáciles y mucho menos si son por motivos laborales. Al tener que organizar, embalar y transportar todas tus pertenencias se suman despedidas, nervios y estrés por lo desconocido y, en ocasiones, hasta caras largas de nuestros familiares al tener que acompañarnos. Por todo ello, la mejor opción para que este cambio sea mucho más llevadero, es organizarnos y seguir unos pasos clave:

 

1. ¿Es por tiempo limitado o de forma indefinida?

En este tipo de traslados, el plano personal pesa mucho en la balanza. No es lo mismo una mudanza en la que se buscan explorar nuevos horizontes y empezar una nueva vida a través de un nuevo reto profesional, y otra en la que te tienes que ir contra tu propia voluntad pero que sabes que será un viaje de ida y vuelta. El primer paso es tener claro cuál será tu caso y por cuánto tiempo estarás fuera para identificar mejor las necesidades de la mudanza.

 

2. Planifica y decide que cosas es indispensable llevar

Si nuestro viaje tiene como fin cambiar por completo nuestra vida, la mejor opción es llevar cuantas menos cosas mejor, ya que queremos romper con nuestra anterior vida, rompamos por lo sano y llevémonos solo lo que sea totalmente imprescindible o aquello a lo que siempre le hemos tenido una gran estima (alguna colección personal, algún recuerdo de la infancia, etc.).

Si por el contrario tu estancia tiene fecha de caducidad, puedes llevarte contigo alguna cosa más. Eso sí, solo lo que consideres estrictamente necesario. Nada de muebles ni electrodomésticos.

 

3. Escoge una vivienda amueblada

Si estamos convencidos de que habrá viaje de vuelta más temprano que tarde, lo ideal en estos casos es optar por viviendas que estén amuebladas, y en caso contrario, pedir ayuda a familiares o sacar partido de las reservas que tengamos en casa, para llevarnos algún electrodoméstico que nos haga falta y no gastar de más en aparatos que apenas vamos a aprovechar más que un tiempo determinado.

 

4. Recrea un ambiente de hogar

Para mudanzas que sean de ida y vuelta pero que vayan a durar un largo periodo de tiempo, la mejor opción en este tipo de traslados es intentar que la nueva casa en la que vayamos a vivir evoque esa sensación de hogar que nos recuerde a la que es nuestra vivienda, a nuestra familia, a nuestros hábitos, etc.

En este tipo de viajes, sí que es necesario meter en el camión objetos menos esenciales a nivel logístico, pero que se hacen necesarios en un sentido más mental, y que pueden ser un buen apoyo en un momento de flaqueza. Marcos con fotos, objetos de decoración, vajilla… Cualquier detalle puede marcar la diferencia para hacer que el nuevo inmueble en el que nos vamos a alojar sea más hogareño.

 

5. Pide ayuda a una empresa de mudanzas

Si te ves desbordado y no tienes hueco para transportar o embalar todas tus pertenencias, la mejor opción (y con la que te evitarás un dolor de cabeza) es llamar a una empresa de mudanzas. Puede que pienses que no merece la pena y que tú puedes con todo, pero seguramente esta sea una de esas veces en las que la tranquilidad y comodidad no tengan precio. ¡No cuesta nada llamarles!