Ya sabemos que al cortar cebolla lo más normal es que nos lloren y nos piquen los ojos. Cuando empezamos a cortarla en seguida se desprende ese olor tan característico y rápidamente se nos irritan los ojos. En este artículo explicaremos algunos trucos para cortar y picar cebolla sin que nos piquen y nos lloren los ojos; pero antes es conveniente saber la explicación de por qué ocurre esto.
¿Por qué nos pican y nos lloran los ojos cuando cortamos cebolla?
La razón de esa irritación, pico y lagrimeo es que las cebollas desprenden un gas irritante cuando rompemos sus células, liberando la enzima alinasa que produce propanotial (molécula rica en azufre y soluble en agua). Esta sustancia al entrar en contacto con el aire y éste con la mucosa nasal y el agua de nuestros ojos, nos provoca la irritación nasal y el lagrimeo.
¿Cómo evitar que nos lloren los ojos?
Sabiendo la causa del lagrimeo, se entiende que la solución más efectiva es evitar respirar este gas o reducir su emisión. A continuación te ofrecemos algunos trucos muy sencillos:
1. Meter la cebolla en la nevera o en el congelador. Lo que conseguimos con frío es que el gas de la cebolla sea menos volátil y se desprenda en menor proporción o no se desprenda, a la vez que reducimos los agentes irritantes. Este truco es más efectivo cuanto más fría esté la cebolla, por lo que lo mejor es meterla en el congelador durante 20 ó 30 minutos o en la nevera durante al menos una hora antes de cortar o picar la cebolla.
2. Utilizar un cuchillo bien afilado. Que la hoja del cuchillo esté bien afilada no es una tontería, ya que el corte será más limpio y preciso y romperemos menos las capas de la cebolla. Cuantas menos células rompamos, menos gas irritante se desprenderá.
3. Lavar la cebolla con agua. Conforme vayamos cortando la cebolla, podemos lavarla con agua fría para ir eliminando parte de las sustancias irritantes. Quizá no evite el lagrimeo pero lo reducirá.
4. Mojar con zumo de limón o vinagre la tabla y el filo del cuchillo. Tanto el limón como el vinagre reaccionan con el gas irritante y harán que sea menos volátil. La única pega de este truco es que se puede impregnar el olor y el sabor en la cebolla.
5. Mantener la tabla y la cebolla que ya está cortada lo más alejada posible.El gas que se desprende de la cebolla suele ir hacia arriba, por lo que es conveniente adelantar la tabla unos centímetros de tu cara para que no llegue directamente a tu nariz y a tus ojos. Como es lógico también tienes que ir apartando los trozos que ya hayas cortado.
6. Conectar la campana extractora de humos. Aunque no es el mejor método, puede ayudar siempre y cuando nos pongamos a cortar la cebolla cerca de ella, ya que el extractor también puede recoger parte del gas irritante.
7. Cortar la cebolla sumergida dentro de un recipiente con agua. No es una forma muy práctica de cortar cebolla y menos si queremos hacer cortes muy precisos, pero es un truco que resulta muy efectivo si queremos evitar el lagrimeo porque las sustancias irritantes se desprenden bajo el agua y ésta actúa como barrera impidiendo que entren en contacto con el aire y con nuestros ojos.
8. Colocarte unas gafas de buzo. Si quieres evitar el lagrimeo con unas gafas, es importante que sean de buzo, ya que son las que protegen tanto la nariz como los ojos.