¿Alguna vez te ha pasado que has comprado un jersey precioso, estás deseando estrenarlo, y al ponértelo te pica horrores? Esta situación es una de las más recurrentes todos los inviernos. Les pasa tanto a mayores como a pequeños. La de jerséis bonitos, que se han quedado olvidados en el armario por lo mucho que pican su lana cuando te la pones.
Pues tranquilos, en este artículo os damos la solución y los trucos para que los jerséis dejen de picar y que puedas volver a ponértelos el próximo inverno. A partir de ahora podrás comprar sin miedo todos los jerséis que te gusten, porque ninguno más te volverá a picas. Así que, toma nota.
¿Por qué pican los jerséis de lana?
El motivo del picor de la lana en nuestra piel, está relacionado con su estructura molecular y el grosor. La lana está compuesta por escamas solapadas sobre sí, haciendo una composición muy similar a las escamas de los peces. Pero en esta composición encontramos más de mil “escamas” por centímetro cuadrado. En consecuencia, esto es lo que afecta al tacto de la lana. Cuantas más escamas cortas contenga la lana de nuestro jersey, más suave será este, de la misma forma, que si las escamas son largas, el jersey picará más. Por poner ejemplos, un tipo de lana suave, con escamas cortas, sería la lana merino, mientras que las lanas largas son las que se utilizan para ciertos abrigos o alfombras.
De la misma forma, hay personas que tienen un tipo de piel más delicada y sensible que otras. En consecuencia, suelen tener propensión o tendencia a sufrir eczemas o desarrollar una mayor sensibilidad a la lana. Esto es debido al calor y la humedad que se produce en la piel cuando llevamos este tipo de prenda, una situación que incrementa el grado de irritación en la piel. De hecho, mucha gente piensa que son alérgicos a la lana por este motivo. Pero no cierto es, que esta reacción no tiene nada que ver con la alergia.
¿Qué hacer para que la lana deje de picar?
De primeras tienes varias alternativas rápidas para que no te pique cuando te pongas un jersey de lana. Por ejemplo, usar camisetas de algodón ligeras, justo debajo del jersey. Así establecerás una barrera entre tu piel y la lana. Otra opción es comprar jerséis de lana merina o con mezclas con fibras más suaves como la seda, alpaca o el mismo algodón. Además, otra alternativa es la de tejer tus propios jerséis utilizando lanas suaves como las lanas Katia, que puedes comprar en Las Tijeras Mágicas. De esta forma, además de tener un jersey de lana súper suave, este será 100% único y personalizado.
Aunque si lo que quieres es llevar un jersey sin más, y sin tener que estar pendiente de su composición ni mezcla, tenemos el truco definitivo para suavizar la lana. ¡Toma nota!
Aplicar acondicionador de pelo para suavizar el jersey
Al igual que nuestro pelo, la lana es una fibra orgánica. Por lo que también está compuesta de queratina. Con el acondicionador, lo que conseguimos es suavizarla. El procedimiento es de lo más sencillo. Sumerge el jersey en agua muy fría, después deja que escurra un poco y acto seguido aplícale a golpecitos tu acondicionador del pelo. Déjalo reposar y actuar media hora, después enjuaga con agua fría de nuevo y presiónalo para eliminar el exceso de agua. Para que se seque a temperatura, extiéndelo en una toalla limpiar para evitar que se estire o deforme.
Aplicar vinagre de vino blanco para suavizar el jersey
El procedimiento es prácticamente el mismo. Lo único, que sustituimos el acondicionador por el vinagre y lo sumergimos durante 15 minutos. La proporción de la mezcla en la que sumergiremos el jersey será de 30/70. Después, para evitar que el olor quede impregnado en el jersey, hay que lavarlo a mano con un detergente especial para prendas delicadas y lanas.
Meter el jersey en el congelador
Al meter el sujetado en el congelador, las fibras se contraen por el frío ganando en suavidad. Por ello, dobla el jersey y mételo en una bolsa hermética. Déjalo dentro durante tres noches. Pasado este tiempo, deja que se seque a temperatura ambiente y extiéndelo sobre una toalla, cuando haya perdido rigidez.
Esperamos que con estos trucos tan sencillos, puedas reconciliarte con los jerséis que guardas en el cajón.