Dado que nuestro país es, tras Francia, la segunda nación europea en número de visitantes, saber de qué forma hay que fidelizar a los clientes resulta casi de obligado cumplimiento, entre otras cosas porque quien no se siente a gusto no repite. Además, desde que las Webs especializadas en comentarios se tomaron en serio esta cuestión y pusieron en bandeja a la gente el poder dejar su opinión, muchos son los que se lanzan a desmenuzar su estancia en tal hotel, su comida en ese restaurante que nos han recomendado o su semana turística en cualquier ciudad.

Por eso interesa tener claro cómo podemos fidelizar a esos clientes para que no se vayan a la competencia, visto que el flujo de visitantes no va a decrecer en 2015 y, según las previsiones, irá al alza en 2016. Veamos algunas cosas que interesa tener en cuenta.

1- La primera de ellas es que hay que atender todos los aspectos de nuestro negocio, incluidos los que a priori parecen más pequeños. Si un restaurante, por ejemplo, tiene un menú de primera calidad a un precio ajustado, un local limpio y ordenado, una música ambiente agradable y no altisonante está claro que está trabajando en la buena dirección. Pero el más mínimo fallo supondría una catástrofe. Muchos de estos problemas, por ejemplo, vienen de la manteleria para hosteleria, que no presenta limpieza o que tiene deshilachados o zonas amarillentas. Un cambio a tiempo supondrá una victoria garantizada, pues estaremos suprimiendo un pequeño problema y consiguiendo un beneficio más que pertinente.

2- El segundo elemento que hay que tener en cuenta es ofrecer profesionalidad. Y hay que admitir que no todo el mundo vale para ser camarero. Es cierto que en verano se multiplican las contrataciones de personal para atender los negocios turísticos, pero deberías elegir bien quién es el que va a servir de imagen entre tu negocio y el cliente.

3- Hay un tercer punto de interés que no puede ser soslayado si pretendemos regentar un negocio turístico de calidad: el cliente casi siempre tiene la razón, pero si no la tiene no deberíamos decírselo. Puede ocurrir que tengamos un mal día y que las exigencias del que se ha sentado a comer o ha pedido una habitación nos parezcan peregrinas… Pero intentar capear el temporal con buenas palabras y disposición asertiva es obligatorio.

4- Y no olvides, en último lugar, que la revisión de tus precios y el evitar pescar en río revuelto pueden darte la clave a la hora de conseguir clientes todos los años. Tendemos a aprovechar la situación, pero si olvidas la frase “bueno, como éste no va a volver el año que viene…” harás las cosas con más sentido. Ten en cuenta que vivimos en la sociedad de lo instantáneo y que cualquier fallo se conoce casi al instante, así que estaría bien que no cayeras en este error. Al menos si pretendes seguir adelante con tu idea empresarial…